Emisiones de CO2: más allá del punto crítico del
calentamiento global
Al día 22 de junio 2015 los niveles de CO2 atmosféricos han
alcanzado concentraciones mayor a las 400 ppm (partes por millón), considerado
el punto crítico del calentamiento global. Este dato fue dado a conocer por los
científicos del observatorio Mauna Loa en Hawai. El punto crítico se estableció
en base a investigaciones sobre registros fósiles de eras geológicas anteriores
que han demostrado el peligro que representan concentraciones de CO2
por encima de las 400 ppm. En ese sentido, la ciencia ha permitido que se pueda
analizar con exactitud los gases y sustancias atrapados en el hielo o el lecho
marino, tal es el caso del análisis de isótopos de carbono presentes en el
fitoplancton marino conservado en sedimentos oceánicos. Richard Norris, geólogo
de la Institución Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en
San Diego, dijo que la concentración de CO2 es un medio de
comparación, pero lo que no es comparable, y más importante, es la velocidad a
la que actualmente estamos llegando a las 400 ppm. Y esto no tiene precedente,
un aumento de 10 ppm podría haber necesitado unos 1000 años o más, pero el
ritmo actual de emisiones nos llevará a alcanzar el nivel de 1000 ppm en sólo
100 años. Es importante hacer notar que, antes de la revolución industrial, las
variaciones climáticas naturales causados por el CO2 atmosférico,
variaban entre aproximadamente las 200 ppm (durante las edades de hielo) y las 300
ppm (durante los períodos más cálidos entre las edades de hielo), ya en los
albores de la revolución industrial, en torno al año 1780, la concentración de
CO2 era de 280 ppm, por lo que el CO2 ya había aumentado
en promedio unas 40 ppm.
Para la fiabilidad de los datos que se procesan, los científicos hacen
mediciones de la concentración de CO2 en lugares remotos, donde
obtienen volúmenes representativos de aire y relativamente libre de influencias
locales que puedan sesgar las lecturas.
La curva de Keeling
Las concentraciones de CO2 se miden por medio de la curva
de Keeling, en honor al Dr. Charles Keeling quién inició el monitoreo del
dióxido de carbono en 1958 registrándose el valor de 317 ppm. Un hecho curioso
que pudo notar el Dr. Keeling es el aumento de 1 ppm de abril a mayo de 1958,
cuando luego comenzó a declinar hasta alcanzar valores mínimos en octubre.
Después la concentración aumentó de nuevo, repitiéndose el mismo patrón en
1959. En palabras del Dr. Keeling “estamos
viendo por primera vez a la naturaleza retirar CO2 del aire por el
crecimiento de las plantas durante el verano para devolverlo cada invierno
siguiente”. En 1959, la concentración promedio aumentó y aumentó más en
1960. La investigación del Dr. Keeling sacó a la luz dos descubrimientos
dramáticos: el proceso de la respiración natural del planeta y el aumento de
las concentraciones atmosféricas de CO2 debido la combustión de
combustibles fósiles en la industria y el cambio de uso de la tierra. Estos hallazgos marcaron el inicio de la
mundialmente famosa “curva Keeling” que tiene un papel clave en las
investigaciones sobre el calentamiento global.
Si los niveles de CO2 continúan en aumento se tendrán
variaciones importantes en la temperatura, lluvias anómalas e inundaciones con
mayor frecuencia. Según los expertos, la última vez que se alcanzaron niveles
semejantes de CO2, el planeta era entre 3 y 4 grados Celsius más
caliente y el nivel del mar fue de cinco a cuarenta metros más alto que el
nivel actual. Hoy en día, aproximadamente el 57% de las emisiones de los
combustibles fósiles se quedan en el aire y esto está incrementado el riesgo de
acercarnos cada vez más al punto crítico de ¿no retorno?
La urgencia de una política de protección ambiental se
hace indispensable, de manera concre ta en la reducción y minimización de las
emisiones de gases d efecto invernadero, que son generados en gran parte por el
sector energético, en particular por los combustibles fósiles. El gobierno debe
escuchar a los científicos y especialistas en temas ambientales, dejando de lado
a influencia de los “lobby” que no hacen más que alejarnos de sistemas
energéticos sostenibles.
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